lunes, 2 de marzo de 2009

Del colegio de Calatayud al de Gandía

En 1623 comencé mis estudios de Teología en el Colegio de Zaragoza, menos mal que cuatro años más tarde acabé estos estudios, me puse todo loco y grité a los cielos: ¡¡¡POR FIN TERMINÉ!!!, luego me ordenaron sacerdote. Volví con una alegría inmensa al colegio de Calatayud como profesor de Gramática Latina (pensando para mí; pobre de mis alumnos, la que les espera...). Residí en esta ciudad, a la que amé con tanta pasión y siempré recordaré, hasta 1630, fecha en la que me desplacé no con tanta alegría como antes... al Colegio de Valencia. Allí realicé mi tercera probación (si, suena raro, pero cierto). Desde allí me marché para Lérida ocupando la cátedra de Teología moral durante dos largos años, tras los cuales me instalé de nuevo en otro colegio, el de Gandía. En cada colegio y ciudad diferente tenía vidas distintas, por lo que no era de gran agrado abandonarlas constantemente. En Gandía no estaba de acuerdo con mis hermanos de religión por diferencias regionalistas.

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